UNA CARTA PARA DIOS: Gracias Padre


Querido Padre:

Hoy quiero darte gracias y no se bien porqué. No ha ocurrido nada especial en estos días para tener un gesto de agradecimiento hacia ti que sea de mayor relevancia que todos los que habitualmente ocurren y en la mayoría de los casos no te se reconocer.

Tal vez sea que comienzo a darme cuenta que estás conmigo constantemente y me haces fácil recurrir a tu presencia en mí. Gracias Padre.

Pero, comienzo a descubrir que es en los momentos de dificultad, cuando el ánimo no termina de despegarse del suelo, o cuando la ira me invade y trata de dominar mi conducta… es ahí cuando más fácil me lo pones, cuando de nuevo vuelves a abrirme la puerta para decirme, «aquí estoy, refúgiate en mí». Gracias Padre.

Y lo más importante, Padre, es que me doy cuenta que tu gracia no se esconde, quizá sea yo el que no sabe o no quiere o no tiene capacidad para descubrirla más a menudo. Me la pones por delante con una generosidad irrazonablemente real y yo no termino de asimilarla. Gracias Padre.

Me lo venías poniendo fácil rodeándome de gente que exhala tu sentir y yo, ávido de aprendizaje, estaba distraído buscando en otros lugares, pensando que todo lo encontraría en internet o en libros y… a través de ellos, de su origen y destino tan heterogéneo, de la diferencia de sus personalidades y pensamientos, de la abundancia en sus problemas y satisfacciones, ahí me has hecho tomar conciencia de tí a través de ellos. Gracias Padre.

Estos días una persona me daba mil gracias ¡a mí! porque la había hecho feliz oírme contar lo que me estás enseñando y me doy cuenta que esa es una nueva lección que me das, pues me estás usando para aportarle una pizca de sal que condimente su alma para seguir generando amor y siga en ebullición ese caldo de cariño que lleva dentro y que tan bien se está cociendo en su interior para que la disfrute su familia, de sangre o de fe. Te traslado su agradecimiento que no me pertenece.

Otro día más sin saber qué iba a escribir, he recurrido a estas cartas para descargar mi inquietud anímica y de nuevo me has hecho redactar una nueva lección: en el amor a los demás está la felicidad eterna (Lc 10:27). Gracias Padre.

Lázaro Hades

3 respuestas

  1. Preciosa la carta.Me apunto como remitente.

  2. Gracias por todo lo bueno que hay en ti, de dia en dia dejalo crecer. Esto le he dicho siempre a mis hijos, eso mismo te digo a ti Lazaro

    • Al contrario. Las gracias son para ti por molestarte en escribir en los comentarios. Algo que me estimula y ayuda para seguir siendo el lápiz con el que Dios escribe estas letras.
      En cuanto a lo que comentas sobre «dejar crecer lo bueno que hay en mi», decirte que me gusta eso de «dejar crecer». Dejar crecer y hacer a la gracia de Dios que hay en nosotros. De hecho, lo único que realmente hay en nosotros es la gracia de Dios pues realmente somos «la nada más el pecado» como dijo Santa Catalina de Siena.
      Muchas gracias.

Anímate a dejar tu comentario. Comparte tu fe!